Esta es una de las muchas nuevas ubicaciones de impactos que se han datado usando imágenes sucesivas de una misma zona en Marte. En una imagen del Context camera en la misión Mars Reconnaisance Orbiter, se observó un punto negro que no estaba en observaciones previas de otras misiones. Cuando el HiRISE procesó esta imagen, se pudo confirmar que se trataba de un impacto que había ocasionado, no sólo un cráter, sino más de treinta.


Pese a que la atmósfera de Marte es muy delgada comparada con la terrestre, los aerolitos alcanzan una elevada velocidad de impacto y en el proceso se genera una gran fuerza de fricción. Una parte de esa fuerza se disipa en el frenado del asteroide o cometa, pero el remanente puede ser suficiente para fraccionar al objeto antes de que impacte, especialmente si se trata de material poroso o está ya debilitado o fracturado por colisiones previas que haya podido sufrir en el cinturón de asteroides. El resultado es que cada fragmento choca por separado y a alta velocidad con la superficie, dando lugar a un grupo de cráteres disgregados.

El cráter más grande del grupo tiene aproximadamente 4,5 metros (alrededor de 15 pies) de ancho, mientras que los más pequeños son tan diminutos que ni siquiera se distinguen con la resolución del HiRISE, aunque si se pueden aprecian las rayas oscuras que emanan de ellos. Estas rayas corresponden bien a depósitos lineales creados por la eyección, o bien a tiras en las que el polvo de color más claro ha sido eliminado, dejando expuesta la capa subyacente más oscura.

Repartidas por la imagen se aprecian también unas trazas oscuras de formas serpenteantes, cuyo origen no es probable que esté relacionado con el impacto, sino que debe de tratarse de los trazos dejados por remolinos, que eliminan el polvo de tonos claros y dejan estas huellas tras su paso.

La disposición asimétrica de los trazos de la eyección, indica que este impacto en particular fue probablemente muy oblicuo, es decir, que el objetó golpeó a la superficie con mucha inclinación respecto a la vertical. Se sabe mediante impactos experimentales, que la dirección de choque del objeto se puede estimar mediante un estudio de la asimetría de los trazos de la eyección y de la configuración final del ramillete de cráteres, que es alargado según esa orientación. En este caso hay mucho material de eyección hacia el este y el oeste y muy poco hacia el norte.